lunes, 19 de noviembre de 2012




POR QUÉ NO DEBES VISITAR DELFINARIOS NI PARQUES ACUÁTICOS

El 53% de los delfines que sobreviven a la captura, morirán dentro de los primeros tres meses, sólo para satisfacer nuestra curiosidad.

Los delfines sufren terriblemente en cautiverio. Forzados a realizar espectáculos circenses al son de la música, padecen estrés, ansiedad y, en no pocas ocasiones, depresiones , llegando, incluso, a suic
idarse.

Jacques Cousteau narró que, al día siguiente de capturar delfines para su acuario, encontró a uno muerto. Había estrellado su cabeza contra las paredes del estanque hasta su muerte.

El método más usado para entrenarlos es privarlos de su alimento.

Otra técnica de entrenamiento es aislarlos, cuando en libertad viven en manadas de hasta cien animales.

Sufren de quemaduras en piel y ojos por el cloro que se utiliza para mantener el agua de sus estanques clara. Muchos incluso quedan ciegos.

En libertad, nadan entre 95 y 160 km al día y pueden hacerlo hasta 45km/hora, los delfines, y 56 km/hora en el caso de las orcas.

En los tanques de cemento, sólo pueden nadar en pequeños círculos y pueden caer en depresión, por lo que a veces les suministran tranquilizantes.

En la naturaleza los delfines mulares pueden vivir hasta los 50 años y las orcas entre 70 y 90 .

En cautividad muchos mueren a muy temprana edad y la esperanza de vida de los que sobreviven puede reducirse a la mitad o más. Los delfines rara vez viven más de 20 años. Y las orcas raramente llegan a la mediana edad.

En su estado salvaje cooperan entre sí para pescar, lo que les mantiene ocupados, y comparten su comida.
En los delfinarios sólo comen pez muerto y necesitan suplementos de vitaminas por la dieta pobre en nutrientes.

En la naturaleza se ayudan entre sí.
En cautividad pueden acosarse entre ellos incluso hasta la muerte. Las hembras preñadas pueden abortar también debido a este estrés. A los machos les suelen suministrar hormonas para reducir la agresividad.

En el océano reconocen su entorno y se comunican a través de un sónar natural. Algunas especies incluso disponen de dialectos vocales únicos para cada grupo.
En las piscinas vacías no usan su ecolocación porque no hay nada nuevo que descubrir y porque en algunos tanques las ondas sonoras rebotan en las paredes de cemento y les estresa. A menudo su entorno es tan ruidoso (por las bombas de circulación y otros ruidos) que afecta sus umbrales de percepción auditiva.

ESPAÑA ES EL PAÍS DE LA UE CON MÁS DELFINES EN CAUTIVERIO.

Sosdelfines (www.sosdelfines.org) ha analizado todos los espectáculos de delfines que se llevan a cabo en el Estado para evaluar sus contenidos educativos. De media, los espectáculos solo destinan 1 minuto y medio a ofrecer información que pueda considerarse educativa, siendo los espectáculos con menos contenido educativo los del Oceanográfic de Valencia y Aqualand en Tenerife, que destinaron ambos 6 segundos.

Ninguno de los espectáculos mencionó información básica sobre cómo los delfines viven en grupos, cómo se alimentan o cómo dan a luz a sus crías.

La solución está en ti: NO fomentes ni acudas a este tipo de espectáculos.




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