viernes, 14 de diciembre de 2012


La luz es el verdadero alimento.





De todas las cualidades divinas, la luz es, desafortunadamente, la menos querida, aun siendo sumamente necesitada por todos. La gente quiere paz, alegría y poder, pero raramente quiere la luz. Consciente o inconscientemente tienen miedo a la luz. Sienten que la refulgencia de la luz arrancará de raiz el árbol de ignorancia que encarnan. Sienten que la luz divina expondrá sus imperfecciones, sus limitaciones y su esclavitud, pero eso no es cierto. La luz divina abraza al mundo y a toda su ignorancia. Es más, la luz divina siente que es su deber inherente elevar la conciencia humana hacia la plenitud de la Vida Divina.



Si eres un buscador

de la luz-silencio,

Dios te concederá

un amanecer eterno

en Su Corazón Universal.





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La luz es la vida del mundo interno.



Cuando tenemos la experiencia interna de la luz, comprendemos que lo finito puede encarnar y revelar lo Infinito y, al mismo tiempo, lo Infinito puede manifestar su Infinitud, su Eternidad y su Inmortalidad en y a través de lo finito. Cuando tenemos la experiencia interna de la luz, sentimos la constante necesidad de saber si estamos trabajando para Dios, si estamos poniéndonos constantemente de parte de Dios, o si Dios está poniéndose de nuestra parte. Tras haber tenido la experiencia interna de la luz, queremos ponernos siempre de parte de Dios. No queremos, ni permitimos, que Dios se ponga de nuestra parte. Esta es la experiencia que trasciende todas las demás. Cuando uno ha tenido la plena experiencia interna de la Luz infinita, uno se pone siempre de parte del Supremo.



Si no acortas

tus vagabundeos terrenales,

no podrás botar

el barco de la luz-perfección.





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No hay nada más bello sobre la tierra que la Luz-Paciencia de Dios.



Quieres ver la luz. Estás tratando de entrar en la inmensidad de esta Luz o estás tratando de hacer emerger la luz que ya tienes. ¡Maravilloso! Pero hay muchos que temen la luz. Dicen: “Sí, queremos luz”, pero en cuanto ésta viene a ellos sienten que van a quedar expuestos. Piensan que si pueden esconderse en una habitación oscura, estarán en posición de ver el mundo y dictar sus juicios, pero nadie podrá verlos. Esta es su esperanza. Por eso, sienten que su oscuridad es una especie de seguro y salvaguarda. Cuando la luz viene y está lista para entrar en ellos, sienten que todas sus debilidades y limitación, todas sus ideas y pensamientos negativos, quedarán expuestos. Pero la verdadera función de la luz no es exponer sino iluminar; transformar nuestros pensamientos negativos y destructivos en pensamientos positivos y afirmativos.







El tiempo se desmoronará pronto

si no empiezas a vivir

para la Luz-Satisfacción de Dios,

dentro de la cima-aspiración de tu corazón.





–Sri Chinmoy

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