lunes, 2 de julio de 2012





…”Un colibrí entró en un pequeño y hermoso templo de la India. Todas las paredes estaban adornadas con espejos y en ellos se reflejaba la imagen de una rosa que estaba colocada en el centro del templo, en el santuario. El colibrí, tomando las imágenes por la rosa, se abalanzó sobre una y otra pared, chocando tan violentamente contra ellas que terminó por reventar y morir. Entonces su cuerpo, finalmente, cayó sobre la verdadera rosa”.

La ofuscación, el desorden anímico, la insatisfacción, el desasosiego, nos hace perseguir ansiosamente los espejismos en vez de dirigirlo hacia lo que es esencial. Si supiéramos utilizar la insatisfacción existencial para viajar a los estados más luminosos de nuestro ser, sabríamos darle una orientación positiva a éstas emociones, pero si nos obcecamos en seguir persiguiendo reflejos, nunca podremos liberarnos de ellas y el desasosiego irá en aumento.





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